La descripción matemática del
movimiento constituye el objeto de una parte de la física denominada
cinemática. Tal descripción se apoya en la definición de una serie de
magnitudes que son características de cada movimiento o de cada tipo de
movimientos.
La observación y el estudio de
los movimientos ha atraído la atención del hombre desde tiempos remotos. Así,
es precisamente en la antigua Grecia en donde tiene su origen la sentencia "Ignorar el movimiento es ignorar la naturaleza", que refleja la importancia
capital que se le otorgaba al tema.
El estudio propiamente científico
del movimiento se inicia con Galileo Galilei. A él se debe una buena parte de
los conceptos que aparecen recogidos en este capítulo.